El que esté libre de culpa y cargo que tire la primera piedra. ¿Cuál es el peor de los pecados o el menos malo? Complejas circunstancias aquejan a los protagonistas de “El elegido” y que paradojalmente podrían tener correlato más allá de la ficción. 

La realidad, en definitiva, a veces, tiene mucha más potencia, dramatismo y angustia que el propio libreto que surge de una computadora después de ser elaborado y, tras ser analizado, corregido en varias oportunidades. 

En efecto, Pablo Echarri y Paola Krum estarían viviendo una volcánica relación de amor, que tratarían de mantener en el mayor de los secretos. Paola, separada de Joaquín Furriel hace unos meses, tiene con él una hermosa hija

. A la actriz, en principio, se la había vinculado con Ludovico Di Santo, uno de los jóvenes intérpretes de la tira, sin embargo, luego fue desmentida por el propio actor. 

Pablo, por su parte, está casado con Nancy Dupláa, con quien constituyó una hermosa familia coronada con hijos, los frutos de ese amor. No obstante, la duda y la siempre permanente hipótesis de una nueva relación de Paola (no blanqueada), y precisamente en el seno del trabajo, cada vez se instalaron con más fuerza. 

Recordemos que Pablo compone a Andrés Bilbao, un abogado ambicioso, de poder y capaz de todo para lograr sus objetivos. En alguna medida representa la soberbia, mientras que su recorrido ha sido pasar de la oscuridad absoluta a la luz que viene de la mano del amor. 

En tanto, Paola, en su rol de Mariana Estévez, le pone rúbrica a una abogada idealista, luchadora a ultranza por la justicia y la verdad. En cierta forma representa a la ira y su recorrido consiste en descubrir la muerte de su padre, al tiempo que encuentra en Andrés, el amor de su vida. ¿Hasta qué punto es posible despojarse de los personajes y poder sortear aquellas situaciones que comprometen a dos personas en una verdadera vorágine de amor y de pasión? Imprevistamente, tal como señalamos antes, la excelente propuesta argumental, coronada también con actuaciones de primer nivel y un rigor estético en la producción, genera un disparador de mucho debate. 

“El elegido”, producción de Pablo Echarri, se mete con los submundos más complejos de la condición humana y esos conflictos, en muchas ocasiones, se proyectan en la realidad a modo de espejo. Pablo y Paola viven situaciones tormentosas con sus personajes y de muy difícil resolución. Nuestra inquietud del comienzo de la nota sigue latente. ¿Se puede separar la ficción de la realidad? Echarri y Krum han realizado escenas fuertes, hot y jugadas a pleno. 

Los besos, el contacto de la piel, la transpiración y las miradas pueden a veces (existen multiplicidad de ejemplos de estas características en el mundo del espectáculo) no tener contención y extenderse en la vida real. 

Es inevitable, cómo no responder ante un estímulo por más que se haga ante una cámara de tevé, de cine o escenario. Andrés y Mariana - perdón, Pablo y Paola- estarían viviendo más allá de la ficción un torbellino de pasión, secreto guardado en un cofre. “Crónica” consiguió la llave de ese cofre y da a conocer la esencia de ese contenido. Hoy será desmentido y denigrado. No importa, ya estamos ante la presencia de otro capítulo, pero no de ficción.