Pasillo de Ideas del Sur. Jueves. Punto de pasaje para las diez parejas que quedan en “Bailando por un sueño 2011”. Estar en ese núcleo es narcótico: la vorágine que mezcla a mansalva celebrities tamaño “Bailando”, noteros genéricos, un show de televisión a la vuelta (Este es el show, en vivo), idas y vueltas al estilo Aaron Sorkin es tal que hasta el más hereje de San Marcelo, patrono del gigante y autoconsciente aunque no parezca, tiene que rendirse. Pareciera que si esas máquinas, de curvas tremendas y pectorales robóticos, se detiene, el mundo lo hace. En ese frenesí, en ese limbo, pasa Coki Ramírez, la cordobesa, la que juega a la vecinita de enfrente con Marce cada gala, vestida para una producción fotográfica. Va, viene y va, y vuelve a venir: es divertido ver ese vértigo, esa máquina colosal. Coki, entonces, se sienta con PERFIL, la llaman para que salga en vivo a discutir por peluches con Belén Francese (la hipérbole es la consigna de Marce) y eso dura 15 minutos. Vuelve, va y viene. Y es mejor, más sincero, más divertido y nunca deja de ser un show. Y Coki, cinturón 90-60-90, lo muestra y contagia.
—Ultimos días del “Bailando”, sos finalista. ¿Qué pasa ahora?
—Te soy sincera: yo ya siento que gané. Le agradecí a Marcelo. Ahora quiero que gane mi sueño, que la gente nos vote. Me estoy rompiendo el alma en los ensayos de verdad, es durísimo, pero también ese final torna esta etapa en otra cosa, algo donde ya todos quieren pisarles a la cabeza a todos. En mi caso no, yo quiero llegar por mérito propio, que la gente nos valore y nos vote.
—¿Qué hacemos cuando aparecen, demasiado seguido, acusaciones de discriminación, de “no me abrazo” y esos eventos que también hacen al “Bailando”?
—El tema es que yo estoy aprendiendo en la vida, a mis 31 años, y todo depende del lugar que uno mismo le da a las cosas. Trato de que mi prioridad absoluta sea ShowMatch. Hasta mi disco dejé de lado, iba a salir y lo suspendí. Estoy totalmente concentrada en el baile y en el sueño. Esas cosas molestan porque son justamente lo que te decía recién: participantes que están dispuestos a hacer cualquier cosa, y trato de no darles lugar. Tuve que construirme una cáscara gigante y no darles bola a estas cosas, porque si no te afectan de verdad. Tenés que ensayar y no tenés ánimos. Estoy muy contenta de ser la misma Coki que entró.
—Se acaba “Bailando”, y puede que se acabe la fama...
—Yo nunca pensé en la fama. Siempre quise ser, sí, exitosa en lo que hago, y hacerlo bien y cuanta más gente lo consuma mejor. Mientras se trate de baile, de canto, es arte, y es súper emocionante imaginarte a la gente conectando y cantando tus canciones. Nunca pensé en la fama.
—¿Qué cambió en vos con el “Bailando 2011”? ¿Cómo creciste?
—Algunas crecieron de ancho, no voy a dar nombres. Yo, más allá de lo físico, que está bueno, creo que este año me ayudó un montón. Crecí yo, me hice muy fuerte, estoy sola en Buenos Aires, aprendí a conocerme más a mí misma, a darme cuenta de que no se puede confiar mucho en este ambiente.
“Marcelo me tiene que dar un beso de lengua”
Coki esta en bata, ultramaquillada, llegando y yéndose de una producción especial de fotos. Está, ahora, en la pausa de Este es el show, junto a Juan Leandro Nimo, su bailarín. “Al cuarto giratorio le tenemos mucha fe”. Así habla Coki sobre el próximo baile donde considera que harán la diferencia. Y el grito donde se le sale la cordobesa, es cuando se le pregunta si realmente creen van a ganar: “Siiiiiiiiiiií. Me re veo ganando. ¿Vos no?”, le pregunta a Nimo quien, a lo Diego, sostiene que se va poner en bolas en el Obelisco si gana. Ella, otra vez cordobesa, dice que si gana festeja con “fernet, fernet, fernet. Me tomo tres fernet. Y el beso. Marcelo me tiene que dar el beso. No piquito. Con lengua. Un besazo. Y vamos a traer a los chicos del sueño”. De hecho, su picardía constante con Marce, ping pong que mezcla a Howard Hawks con Francella, es según ella lo que más disfruta del “Bailando”: “Me divierte jugar con Marcelo. Me redivierte. Me gusta bailar pero paso mucho nervio, mucha adrenalina”. Y, finalmente, un paseo por el jurado de “Bailando”: “Se quejan de que los agreden pero está cada vez más agresivo. ¿A mí qué me importa la obra de los jurado

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