Así vivió el sismo una chica argentina que reside en Nagoya, a 360 kilómetros de Sendai, la ciudad más afectada por el desastre natural.
Una argentina que vive en Nagoya, Japón, destacó la preparación que ese país tiene para enfrentar catástrofes naturales. Pese al temor lógico que genera esta tragedia, Valeria Escliar transmitió tranquilidad a su familia relatando su reacción ante el terremoto.

Valeria Escliar tiene 31 años, es argentina y vive en Nagoya, Japón. La ciudad ubicada en la prefectura de Aichi en la mayor isla del archipiélago nipon es la capital japonesa de la industria automovilística y en ella viven 2,2 millones de habitantes.

Pese a que la ciudad se vio afectada por el sismo, Valeria llamó a la calma a sus familiares argentinos. "Quiero decirles que se queden muy tranquilos, que Japón es un país que esta muy preparado: todos sabemos qué hay que hacer, qué no hay que hacer y las construcciones son antisismicas. Acá el terremoto sólo se sintió en algunas edificaciones, y no tuvo consecuencias", advirtió.

Paso a paso, la chica relató a su madre la forma en que actuó para protegerse en el momento en que se desató el temblor: "volví a casa y cuando escuché la alarma hice lo que me enseñaron cuando llegué a Japón: revise que no hubiese nada que pudiese caérseme encima, prepare la mochila (linterna, agua, documentos, efectivo, monedas...) y como sé que el gas y la electricidad se van a cortar si la situación pasa a mayores me preparé algo de comida y cargue la batería del celular".

Valeria explicó a su madre lo que casi todos sus habitantes saben: "Japón esta en la junta de 3 placas tectónicas. Además de haber vivido terremotos es un país que ha experimentado todo tipo de desastres naturales y humanos y ha aprendido a vivir con eso.
Por ejemplo, después de cada gran terremoto no sólo hacen recuento de los daños sino que evalúan bajo qué código de construcción fueron construidas las casas que sufrieron daños mas graves... y se ajustan los códigos, para que la próxima vez los daños sean menores. En otras palabras, los japoneses no solo han aprendido a vivir con terremotos sino que han capitalizado todas estas experiencias".